Yo soy el que te nombra en las
penumbras
cuando vuelves embriagado de los
bares.
El que emerge de la noche y te
vislumbra
con ojos de resplandor y
soledades.
Yo te aguardo en recovecos
desolados
y me acuno con la luna entre los
cerros
bien te observo
mientras duermes, desde cuadros,
e interrumpo la vigilia de los
perros...
Y aunque busques por los techos
asustado
y maldigas, por tu suerte, mi
alto vuelo;
seguiré tus lentos pasos desde
el cielo,
porque tengo tu destino entre
mis manos
y me aferro a tu camino
desvelado
porque sueño con tu sueño algún
consuelo.
Publicado en Vestigios de un Ocaso
Poema seleccionado por EDITORIAL DUNKEN (Bs As) para la Antología BITACORA de Aida Brunetti 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario