lunes, 24 de enero de 2011

CUENTO "DOMINGO Y MADRUGADA"


Es tarde y de noche. La luna es una caja que late suspendida ante el lamento del viento; este viento traedor de fantasmas y perros aullándole al silencio.

Las vías y yo, atravesándolas. El caserío ya dormido y yo, sólo en medio de las vías.

Mi coraje alquila en una caja de vino tinto y un cigarro es tucu tucu meciéndose entre los yuyos.

Barrio de perros madrugadores. El alumbrado, un titilar insuficiente de luces y sombras que se extienden como dedos de mineros entre ligustros y zaguanes. Hay correteos y amoríos indecibles, tiznados en prohibidas siluetas y vaivenes.

Hay cumbia en lo del Flaco; cumbia y cabeza guateada. Los chicos de la cuadra ya pidieron los huesos, para los gorros de la comparsa del barrio. Desde ayer no abandonamos su casa; nosotros, sí que somos sus amigos…

-2-

Ya es domingo y madrugada. Atrás ha quedado la cancha, el Clú y la hinchada. El corazón estrujado ante la derrota...Si no fuera por ese referí...Referí Bombero… Menos mal que por lo menos lo correteamos a pedradas; ¡hasta el cañaveral lo correteamos.

El “Lukila” les quitó una bandera; seguro que en la revancha el domingo que viene van a querer recuperarla; ...ja..., no se la van a llevar de arriba nomás.

A mi hijo, el más chico lo mandé a que me busque una chinela que perdí en el kilombo ese; en medio de las cañas. Le prometí dos pesos si me la encuentra…

El auto del “machete” de la vecina anuncia la llegada de Vaca, el panadero, al kiosquito de media cuadra; las cuatro y media me imagino…

Los veteranos, esos que ya no tienen nada que hacer y que dejan llevar su vida entre filas y remedios, seguro ya saldrán con la manguera amanecida de riegos y chusmeríos.
Desde el terraplén el barrio duerme su quimera de chapas y ampliaciones desprolijas. Desde el cartel luminoso del kiosquito, el neón exhibe Co..a ..ola, como una mezcla de saludos y tristezas.

-3-

El flaco me aguarda en la puerta de su casa, los amigos se diluyen; lo saludan, lo abrazan y se marchan cabizbajos enfundando las manos en los alpinos. … Los amigos lo abandonan y él abandona otra vez a sus amigos, como tantos; como todos los que emigraron al sur del país...


El flaco aprovecha hasta el último minuto para compartir y compartirse. Me recibe la bolsa con el vino, me toca la cabeza y la sacude; como si estuviera sacándome tierra; o nieve de mi cabello maltratado por las tinturas.

Me abraza con fuerza; sabiendo que no volverá a su casa hasta Dios sabe qué día…

En el sur, donde regresa en apenas unas horas, ya no tendrá tiempo para mirar la luna y decir que es una caja que late ante el lamento del viento; tampoco renegará con los vecinos cuando lo deschavan al regresar un poco entonado de la bailanta, antes que amanezca, antes que el diariero y Vaca.

En el sur, la luna es la imagen de su mujer y su nena aguardándolo bajo un silencio angustioso…

Ya quedé sólo en la calle, la bocina del depósito anuncia el ingreso de los pocos ferroviarios que quedan. Me dirijo a casa, con una esperanza estampada en mi corazón y en mi alma. La esperanza vino del Flaco y su fuerte apretón de manos…

-El mes que viene cumplís 18– me dijo-¡Avisame así te llevo para el sur… dejá de sufrir en el barrio- terminó y me despidió cerrándome la puerta en la cara.

De El Hacedor de Sombras - Derechos Reservados

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