viernes, 1 de mayo de 2015

CUENTO: EL ROBO


Y
 pensar que hasta hace poco caminaba con la bicicleta a la par, como una extensión más de su cuerpo. Jamás la abandonaba. Esa vieja bicicleta que a diario lo trasladaba al parque; la misma que una vez a la semana era engrasada y ajustada con pasión y exactitud de un relojero.

Anteayer lo vi cruzar por la senda del baldío de la esquina, cuando el sol hería con sus rayos como flechas, espejeando el asfalto remendado.

¡Quién lo hubiera imaginado!¡Nadie!

Iba por el parque como siempre, cuando unos muchachos lo abordaron; ¡salieron de la nada! Le quitaron el dinero, la bicicleta y la conservadora con helados. ¡Le quitaron todo!

¡Quién lo hubiera imaginado! ¡Nadie!

Después de este hecho, Ricardo volvió a su antiguo oficio. Ese que había colgado en el fondo de su casa entre enredaderas y malvones.  Entre certificados y viejas invitaciones.
Volvió a ser un artesano. Trabajo heredado de sus ancestros. Porque lo único que no pudieron arrebatarle aquel día fue su TALENTO.

08/11/12

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